Déjame hoy arrebatarme
con la palabra
que nunca te diré
y llenar mi mente
con la palabra que
nunca pronunciarás
en el espacio finito
de tu boca a mis oídos.
En ese instante una lágrima silenciosa
escurrirá al borde del precipicio
de mis ojos y el cerebro
hará estructuras mentales
con lo ausente.
Y los segundos
tal vez las décimas de segundo
se hagan eternas….
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